domingo, 7 de septiembre de 2008

LAS MUJERES PIRATAS SE PONEN LOS PANTALONES


MARY READ es hija de la viuda de un marino que jamás retornó del mar, dejándole un niño. En un amorío casual, la viuda concibe a Mary, y para disimular se despide de los deudos de su marido, pare a la niña en el campo y, habiendo muerto su primer hijo, retorna donde los parientes del esposo vistiendo a la hembra de varón para hacerla pasar por el primogénito.

LA MADRE MANTIENE EL ENGAÑO para no perder la asignación de una corona semanal que le pasa la madre del marido difunto, y que cesa con la muerte de ésta. Mary, de trece años, debe emplearse como criada de una dama francesa; siendo intrépida, fuerte y de mente inquieta, se alista en una fragata, la deja en Flandes, se engancha en la infantería como cadete, se comporta con valor en los combates, pasa a un regimiento de caballería, se enamora de un joven camarada flamenco y corre numerosos peligros para protegerlo. Mientras comparten la tienda, Mary le revela su verdadero sexo simulando descuido, y excitado el compañero de armas ante la fácil presa, encuentra tal resistencia que le pide matrimonio, el cual contraen cuando el regimiento se acoge a sus cuarteles de invierno.

PARA SENTAR CABEZA dejan el servicio y montan la fonda “Las Tres Herraduras” en Breda. Pero el joven marido muere, y la Paz de Ryswick deja la fonda sin clientela de oficiales. La viuda para ganarse la vida reingresa en la infantería, donde la falta de perspectivas la impulsa a embarcarse hacia las Indias Occidentales.

EL BARCO EN EL CUAL VIAJA MARY vestida de hombre es abordado por piratas ingleses, que la retienen después de saquear el buque y dejarlo ir. Mary comparte el cruento oficio de sus secuestradores hasta que se acogen a la amnistía real de 1717; vive algún tiempo en tierra, hasta que la necesidad la fuerza a alistarse entre los corsarios que arma contra los españoles el capitán Wood Rogers, gobernador de la isla de Providencia,.

LOS PIRATAS VUELTOS CORSARIOS por la amnistía tienden a devenir de nuevo piratas. Mary lleva la dura vida de a bordo fingiendo una vez más ser varón. Otra tripulante vestida de hombre, Anne Bonny, la toma por un joven bien parecido hasta que Mary le revela la verdad, causándole un gran desengaño. A pesar de ello, mantienen una intimidad que causa los celos del amante de Anne, el pirata John Rackam, quien amenaza degollar a Mary hasta que Anne le cuenta todo.

ENTRE LOS PRISIONEROS que hacen en los abordajes se encuentra un joven que causa conmovedora impresión en Mary. Para insinuársele, le habla en contra de la vida de pirata, y cuando ha ganado su confianza, muestra descuidadamente sus senos que, aclara el exacto cronista capitán Charles Johnson, eran muy blancos. Sobreviene una reyerta entre el joven y un pirata, y se citan para un duelo en un isla cercana. Mary desafía al rufián; concerta con él otro duelo dos horas antes, y en duro combate con espada y pistola deja al pendenciero tendido.

LIGADOS POR EL SACRIFICIO, que consideran válido como un matrimonio, Mary concibe de su protegido, a quien luego en el juicio se niega a identificar. Aunque Mary declara aborrecer tal vida, y haberla adoptado por la fuerza, los testigos afirman que ella y Anne Bonny defendieron el puente, y llamaron a los escondidos en las bodegas a combatir como hombres, y al ser desoídas les dispararon, matando un hombre e hiriendo otros.
TAMBIÉN EN ACTAS consta que Anne Bonny le pregunta qué gusto puede encontrar en la vida de pirata, en peligro de morir por la espada o el fuego o la ignominiosa horca. A lo que Mary contesta que la horca no debe ser mayor dureza, y que sin ella todo cobarde se haría pirata; que muchos de los que engañan viudas y huérfanos y oprimen a los prójimos sin dinero para hacerse justicia, estarían robando en los mares, y el océano repleto de canallas. Tales argumentos no causan buena impresión en los jueces.
POCO DESPUÉS DEL PROCESO las autoridades verifican que Mary está embarazada, por lo que le acuerdan la áspera piedad de retardar la ejecución hasta después del parto. Habiendo contraído una violenta fiebre, la valerosa Mary muere de ella en prisión.

LIGADOS POR EL SACRIFICIO, que consideran válido como un matrimonio, Mary concibe de su protegido, a quien luego en el juicio se niega a identificar. Aunque Mary declara aborrecer tal vida, y haberla adoptado por la fuerza, los testigos afirman que ella y Anne Bonny defendieron el puente, y llamaron a los escondidos en las bodegas a combatir como hombres, y al ser desoídas les dispararon, matando un hombre e hiriendo otros.
TAMBIÉN EN ACTAS consta que Anne Bonny le pregunta qué gusto puede encontrar en la vida de pirata, en peligro de morir por la espada o el fuego o la ignominiosa horca. A lo que Mary contesta que la horca no debe ser mayor dureza, y que sin ella todo cobarde se haría pirata; que muchos de los que engañan viudas y huérfanos y oprimen a los prójimos sin dinero para hacerse justicia, estarían robando en los mares, y el océano repleto de canallas. Tales argumentos no causan buena impresión en los jueces.
POCO DESPUÉS DEL PROCESO las autoridades verifican que Mary está embarazada, por lo que le acuerdan la áspera piedad de retardar la ejecución hasta después del parto. Habiendo contraído una violenta fiebre, la valerosa Mary muere de ella en prisión.

ANNE BONNY nace en un pueblo irlandés cercano a Cark, hija ilegítima de un abogado casado y de una criada de la casa de éste, a quien la celosa cónyuge encarcela bajo la falsa acusación de haber robado unas cucharillas. Absuelta a los seis meses por falta de evidencia, la criada da a luz una niña y vive con el abogado. La niña, que pierde tempranamente a su madre, es descrita por Johnson como “de un temperamento orgulloso y valiente”. Según rumores, habría acuchillado a una criada y repelido a un pretendiente que intentaba forzarla con tal violencia, que estuvo quebrantado largo tiempo.

MIENTRAS SU PADRE le busca un buen partido, la impulsiva Anne se casa con un joven marino sin mayores cualidades. Rechazados por el padre, los tórtolos se embarcan hacia la isla de Providencia, donde Annie conoce al pirata John Rackam y acepta irse a la mar con él vestida de hombre.

COMO GRAN PARTE de sus colegas, Rackam se acoge a la amnistía real de 1717; al igual que ellos, cambia la piratería por el corso, y luego sustituye éste por su profesión originaria, siempre acompañado por Annie. Por este mal camino llegan al abordaje en que Annie Bonny y Mary Read resisten furiosamente mientras todos sus cómplices se rinden.

SU PADRE y muchos plantadores de Jamaica favorecen a la detenida, pero el abandono por ésta de su esposo legal endurece a los jueces. El día en que Rackam va a ser ejecutado, se le permite verla, pero Anne apenas le dice que “sentía verlo allí, pero que si hubiera peleado como un hombre, no tendría que ser colgado como un perro”.

LA EJECUCIÓN DE LAS EMBARAZADAS se retrasa hasta después del parto. Anne da a luz en prisión, y aunque desde entonces las noticias sobre ella se pierden, de lo único que está seguro el exhaustivo cronista Charles Johnson es de que no fue ejecutada.